¿Qué sabemos de la libertad?


Ahora que se ha puesto de moda gritar vivas a la libertad, resulta oportuno repasar su significado y el valor que posee para el ser humano.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la libertad es la "facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos".

En cuanto al origen de la palabra, que viene del latín libertas, libertatis, quiere decir "condición del que es libre política y jurídicamente. Tambien se refiere a la "disponibilidad" y a la "falta de inhibición de obra y palabra".  

Y si a esto le sumamos la percepción común de considerar la libertad como "hacer lo que se quiera", vamos a tener que reflexionar mucho para llegar al verdadero significado, al menos para cada uno, en un tiempo de excesiva normatividad ya que en aras de conservar el orden, buscar el "progreso" y hasta querer salvar el alma, el humano ha inventado y sigue inventando extensas constituciones, declaraciones, códigos, mandamientos y decretos que condicionan hasta el más mínimo accionar.

Como nunca hoy existen miles de regulaciones que delimitan nuestro comportamiento a los que se suman los "códigos morales" que se imponen en cada hogar, en cada familia y en cada cultura.

En este orden de ideas, ¿cómo explicarle a un niño lo que es la libertad? Y lo más importante, ¿cómo enseñarle a respetar la libertad del otro?

Una fórmula infalible es saber que los valores nunca están solos y que son interdependientes. 

La libertad siempre estará ligada a la responsabilidad y en nuestro tiempo, a la conciencia. La conciencia es la nueva base moral del siglo XXI. Ya no aplican viejos esquemas de imposición, lo que vale es la conciencia, entender el por qué y el para qué de las cosas, aunque hay que estar atentos porque históricamente los valores que se pregonan son los que se terminan destruyendo.

Adicionalmente, como seres sociales, todos nuestros actos tienen una causa y un efecto en los demás, con lo cual, la libertad debe ser vista en lo individual y en lo colectivo.

No obstante, hay una libertad elevada y profunda dada por Dios. Esa es la libertad más importante de todas y la que desde esta humilde tribuna defendemos con ahínco.

Se llama "libre albedrío" y ha sido objeto de largas discusiones religiosas entre quienes piensan que Dios nos hizo libres y aquellos que someten en nombre Dios. 

En todo caso, al menos en el mensaje entregado hace dos mil años, Dios no estableció jerarquías para el ser humano ni dio poder a nadie para dominar a otros.  Todo lo contrario, el mensajero dijo: "La verdad os hará libres".

¿Y qué tiene que ver la libertad con la verdad?  Tiene muchísimo que ver. La mayor esclavitud de un ser humano es la mentira, quien miente vive prisionero de sus falacias. 

Ya tenemos entonces tres acompañantes para que la libertad pueda ser posible: responsabilidad, honestidad y conciencia. Y en estos tres valores puede estar la respuesta para la ineludible pregunta de los padres acerca de cómo administrar la libertad de los hijos.

La intuición y la observación te harán decidir en cada momento hasta dónde pueden llegar tus hijos y abrirles espacios, confiando en que van a poder manejarse en determinadas circunstancias, que si se equivocan les vas a dar una nueva oportunidad porque están aprendiendo a actuar con libertad o que si tú te equivocas al conceder un permiso lo hiciste de buena fe.

Es natural que una padre o una madre sientan temor a la hora de dar libertad a sus hijos, solo observáte y deduce de qué estás más cerca, si de la sobreprotección o el totalitarismo y define el lugar en el que te sientes más orgulloso de ti mismo. 

Como todo lo preciado para el ser humano, el valor de la libertad es individual y se forja desde la más tierna infancia en cada familia, aunque como otros valores, pueden y deben ser ajustados en la etapa adulta.

Cada cual debe ser consciente de cuánto vale su libertad y hasta dónde está dispuesto a entregarla al someterse a una ideología, un dogma o un fanatismo. 

La libertad también resulta proporcional al conocimiento; entre menos se sabe más esclavo se es.

¿Qué es para vos la libertad?

¿Cuánto vale tu libertad?

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